domingo, 4 de mayo de 2008

El científico, según la mirada de los niños

Resumen de una nota de Gabriel Stekolschik , aparecida hoy en el diario La Nación.

Es un varón de mediana edad, blanco, de clase media a media alta, calvo o despeinado, con anteojos gruesos, bata blanca y rasgos de despistado o de un sujeto de mal carácter o de alguien que vive alejado del mundo terrenal. No se trata de un personaje de caricatura o de película de ciencia ficción: es el estereotipo de investigador científico que aparece en los dibujos que realizan individuos de todas las edades y géneros cuando se les pide "que representen a una persona que se ocupa de la ciencia en un día de trabajo".

"Generalmente el investigador está solo, excepto que pidas que dibujen un fondo. En ese caso, aparece un laboratorio con muchos tubos y con líquidos que explotan", cuenta el doctor Agustín Adúriz-Bravo, del Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias (Cefiec), de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Y agrega: "La mayor parte de los estudiantes, profesores, futuros profesores, científicos y público en general tienen estas visiones deformadas", explica Adúriz-Bravo.

La literatura internacional habla de "visiones deformadas" para referirse a las imágenes de sentido común que sobre el quehacer científico y sobre quienes lo llevan adelante mantiene la inmensa mayoría de la población: "Estas visiones deformadas obturan la posibilidad de una alfabetización científica genuina, alejando a muchas personas de las ciencias naturales y mitificando estas disciplinas", señala el investigador.

Adúriz sostiene que esto tiene dos consecuencias mayores. Por un lado, que el público se aleja de la ciencia: y por el otro, se inhibe en los jóvenes de la vocación científica..

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