viernes, 2 de mayo de 2008

Áreas restringidas

Hace poco más de una década, en algún claustro de la Universidad de Buenos Aires se concursaba un cargo académico en el área de las ciencias médicas. Una docena de hombres y una mujer se postularon para ese cargo. Durante la evaluación hubo una sola persona a la que los tres señores del jurado le preguntaron si tenía hijos y si sería capaz de compatibilizar sus responsabilidades personales con las profesionales. ¿Adivinen quién fue?

La anécdota de la médica –forzada a responder algo que a ninguno de sus colegas se le había requerido– fue una de las tantas que la semana pasada salieron a la luz en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA durante la presentación del Informe Internacional de la UNESCO sobre Ciencia, Tecnología y Género, en el que participó como contraparte local la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCyT).

Este informe da cuenta, como lo relata el artículo de Verónica Engler, publicado en Página/12, de la falta de políticas a nivel global para solucionar la disparidad entre varones y mujeres en todas las áreas de investigación y producción de saberes, constituye una especie de diagnóstico sobre las disparidades entre hombres y mujeres en el área de ciencia y tecnología, que pretende llegar a gobiernos nacionales y regionales, parlamentos, universidades y asociaciones científicas, así como también a empresas públicas y privadas, con la idea de generar conciencia sobre un problema acuciante de discriminación y también de promover políticas públicas tendientes a cambiar esta situación.

La nota completa, puede leerse aquí.

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