clipped from www.criticadigital.comEl frío aplacará la epidemia, aunque ya advierten sobre futuros rebrotes
Los mosquitos adultos dejan de poner huevos a menos de 15 grados y por debajo de los 10, mueren. Sin embargo, las larvas de Aedes logran vivir entre 7 y 12 meses. Especialistas explicaron a Criticadigital cómo influye el cambio climático.
La llegada del invierno promete darles un respiro a las poblaciones afectadas por el dengue, porque los mosquitos no son amigos del frío: los adultos dejan de poner huevos a menos de 15 grados y por debajo de los 10, mueren.
Sin embargo, médicos epidemiólogos y sanitaristas advierten que las larvas viven entre 7 y 12 meses y, de no tomarse las medidas necesarias, con la llegada de los primeros calores los brotes podrían resurgir aún con más fuerza.
Todo indica que a principios de mayo el descenso de temperatura será más pronunciado y con la llegada del invierno la cantidad de mosquitos disminuirá radicalmente, momento que los especialistas señalan como propicio para reforzar las medidas de erradicación de los puntos de reproducción del vector y de acciones preventivas entre la población.
"Hay que seguir descacharizando y erradicar los cúmulos de agua estanca", precisó el Jefe de Patologías Regionales y Medicina Tropical del Hospital Muñiz, Tomás Orduna, y señaló que si bien el Estado tiene que estar a la cabeza de los operativos de prevención y lucha contra el vector, "tenemos que aleccionarnos como individuos" e incorporar conductas para destruir los criaderos.
LLEGÓ PARA QUEDARSE. El mosquito del dengue está en Argentina desde principios de los '90. "En 1971 la epidemia de fiebre amarilla fue transmitida por el mismo vector", explicó Orduna. El Aedes Aegipty fue erradicado, pero se reintrodujo en el continente americano por la zona del Caribe y en los últimos años, avanzó por el sur hasta llegar al país.
Las primeras personas enfermas de dengue en Argentina aparecieron en 1998. A partir de entonces, los especialistas hablan de "brotes" hasta la explosión actual que pese a la negativa oficial se considera una epidemia –con más de 14.000 infectados oficiales y más de 40.000 según proyecciones extraoficiales-, que se expandió hasta el distrito de Olavarría, en el conurbano bonaerense, la zona más austral donde hay dengue autóctono hasta el momento.
Edgardo Trivisonno es médico sanitarista, ex subsecretario de salud del Gobierno porteño. "El dengue es una enfermedad emergente", indicó y dijo que entre 1998 y 2006, se registraron 2.789 casos; el último brote, antes de la explosión actual, se originó en Puerto Iguazú y fue de 54 casos.
"Si usted tiene un alerta en octubre de 2008 en Bolivia, tiene que reforzar todas las medidas de prevención y erradicación de larvarios", respondió Trivisonno. Algo que según el médico sanitarista no se hizo y que explicaría la situación actual. "En sanitarismo cada muerte evitable es una falla en el sistema y una responsabilidad de los que gobiernan", dijo.
LA EPIDEMIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO. Ahora bien, si el mosquito vector está en el país desde hace más de 15 años, ¿qué detonó la expansión epidémica este verano?
"La deforestación, el crecimiento urbano no organizado y la existencia de muchos basurales a cielo abierto no ayudan –continuó Ocaña-. Todo esto merece ser estudiado y evaluado para saber cuáles son los municipios de muy alto, alto y mediano riesgo".
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